Un
tema que merece especial atención a la hora de expresar estas conclusiones es
el del diferente concepto de la actividad periodística en la época estudiada
con relación a nuestro tiempo. Sarmiento en dos extensos artículos de El Zonda expresa su pensamiento sobre lo
que es un periódico:
“¿Qué
es, pues un periódico? Una mezquina hoja de papel, llena de retazos, obra sin
capítulos, sin prólogo, atestada de bagatelas del momento. Se vende una casa. –Se compra una criada. –Se alquila un piano. […]
¿Qué
es pues un periódico? Examinadlo mejor. –Qué mas contiene? –Noticias de países
desconocidos, lejanos, cuyos sucesos no pueden interesarnos […] Una batalla en España. –La cuestión Holando
Belga. –Preparativos de la Rusia. […]
¿Qué
es pues un periódico? ¿Qué más contiene? Trozos de literatura, retazos de
novelas. –Cuentos a veces divertidos, a veces insípidos y monótonos. […]
Un
periódico es pues todo, el Gobierno, la Administración, el pueblo, el comercio,
la junta, el bloqueo, la Patria, la ciencia, la Europa, el Asia, el mundo
entero, todo. Un periódico es el hombre, el ciudadano, la civilización, el
cielo, la tierra, lo pasado, lo presente, los crímenes, las grandes acciones,
la buena o la mala administración, las necesidades del individuo, la misión del
Gobierno, la historia contemporánea, la historia de todos los tiempos, el siglo
presente, la humanidad en general, la medida de la civilización de un pueblo
[…]
Solo el crimen ama las tinieblas, porque la luz lo
hace ver en toda su deformidad: los virtuosos buscan los medios de aniquilar
las tinieblas porque ganan en ser conocidos, porque en fin la virtud triunfa:
solo los enemigos de la civilización y de las luces detestan las publicaciones
periódicas porque en ellas ven las luces que no tienen y que quisieran que
otros no tengan[1].
[…]
En un pueblo que siempre
ha carecido de ellos […] que necesita formarse en costumbres nuevas […] en un
país que ha sido educado para otros fines que los que hoy trata de alcanzar: en
un país lejano de las costas para comunicar inmediatamente con el pensamiento
europeo, en un país naciente, un periódico debe abrazarlo todo, y ocuparse de
todo[2].”
¿Hay un optimismo excesivo en el autor sobre el
papel que juega el periódico en la sociedad? Ciertamente, pero ello no obsta
reconocer la importancia que tuvo. El periódico era principalmente un espacio
literario o de teoría política. La “noticia” como centro del periódico y la
función “informativa” como preeminente no existen en la época que nos ocupa. No
hay prácticamente tensión entre la parte referencial del periódico o registro
de los acontecimientos, y el objetivo pragmático, la primera es habitualmente
poco menos que nula.